domingo, octubre 31, 2010

Uno de Oswald de Andrade

3 de mayo


Aprendí con mi hijo de diez años

Que la poesía es el descubrimiento

De las cosas que nunca vi


Traducción: Mario Cámara

sábado, octubre 30, 2010

Hoy



Volviendo a lo del nacimiento
En julio flotaron los óvulos, en agosto viajaron los espermatozoides. En diciembre mi papá sembró lino. Nunca volví a saber nada de esta planta. En mi cabeza –verifico en la Wikipedia– el lino es un campo de color azul. Se usa para hacer aceite y teñir la tela, es un yuyo muy atractivo que es necesario cosechar si queremos usarlo. En febrero de 1983 se imponía esta necesidad, y mi papá y mi mamá con su embarazo de siete meses subieron a la camioneta Fiat 1500 negra y dorada en busca de cosechadores para fulminar al lino en marzo. No sé dónde estaban los cosechadores. Pero dicen que lejísimos, perdidos en el campo. Dijo mi mamá que se internaron en un campo recién arado buscando a los cosechadores, que había pozos y zanjas, y que una paja dada vuelta convierte un terreno llano en algo muy complejo. La camioneta no paró de dar saltos y mi mamá empezó a perdernos. Por causa de esto fue al ginecólogo por segunda vez en su vida. Le hicieron una ecografía y dijeron que éramos Dos. Grandes festejos. Mis papás fueron corriendo al Supercoop a comprar sidra. Eran las ocho de la noche. El Supercoop estaba cerrando, las cortinas férreas tocando el piso, mis papás frenaron a toda velocidad en la camioneta y extendieron sus brazos a través de las rejas diciendo “queremos celebrar, vamos a tener mellizos”, y los del Supercoop les pasaron la botella de sidra, obviamente un regalo, y mis papás se fueron a la casa de mi abuela, y fue todo un escándalo. Mi mamá ratificaba así frente a su familia política el estatuto excepcional que ya le otorgaban por haberse casado con él. Mis padres eran “fuera de serie”.
El médico, contando con un sistema ecográfico imperfecto, dijo que éramos una nena y un varón. ¿De quién fue la mano que me transformó en pito? Seguramente fue mía, ya que mi hermana y yo veníamos en bolsas separadas...o Peor Aún. Quizás la del pito fue ella y no yo. Qué importa. Relevo el drama fastidioso que me gustaría mencionar por última vez: mi cordón umbilical -o el de ella-, fue un falso pito, y como soy el primer espermatozoide, y mi hermana el segundo, ella nació primera y yo tres minutos después. Luego de ver a mi hermana, mis padres me esperaron Javier, pero aparecí en una forma diferente. Fui ¡inesperada! Y sin nombre todavía, fui lo in, lo negativo ¡durante breves instante fui Innombrable! Hasta que mi papá me iluminó con su amor, cuando se le ocurrió la idea de ponerme Minés.

¡Llevo el nombre de una Mediocre Novela Romántica! Escrita por mi bisabuelo en 1907, Minés narra los fogosos anhelos de un muchacho y una triste novicia.
El accidente me inclinaba a un destino literario. Mi bisabuelo, Eduardo Acevedo Díaz, un uruguayo que se exilió en Argentina luego de participar de la Revolución de las Lanzas, es considerado el fundador de la novela histórica uruguaya. El orgullo de la familia era un escritor.

(sigue.....)

martes, octubre 19, 2010

Hoy se presenta


En Materia, los poemas continúan reflexionando sobre el paso del tiempo y sobre la materia de la escritura.
La palabra “Materia” alude a algo primigenio, que existe antes que nosotros; lo que la vuelve perceptible no es la mirada sino la percepción. La materia es algo concreto que ocupa un lugar en el espacio, pero también es inestable, puesto que es variable y puede tomar diferentes estados. Es justamente en ese movimiento de existir de forma casi invisible, pero dejando una especie de inscripción, como podemos pensar a la voz que enuncia los poemas: “Haces sombra, dolor. ¿Es posible / que pueda, sin mediaciones, tocarte?”.

El epígrafe muestra una postura de súplica que se asemeja a la voz que enuncia los poemas: “Dioses, no me juzguéis como un dios / sino como un hombre / a quien ha destrozado el mar”; pero también se puede asociar el origen fenicio de la plegaria a poemas marcadamente referenciales con respecto a la escritura. La escritura surge por la necesidad práctica de registrar, como ocurre en “Filatelia”, el poema que abre el libro. El yo poético describe una situación aparentemente banal, como sería el coleccionar estampillas, tomando distancia frente a ella: “yo / observo la tarea / a la distancia / y admiro / esa labor /artesanal”. Sin embargo, no podemos dejar de darle un doble sentido a los versos finales: “la precisión / que requiere/ el cuidado/ de una tarea ociosa”, porque en el gesto aparentemente ingenuo de observar a su padre coleccionando estampillas, aparece nuevamente la preocupación del yo por la escritura, la obsesión por la precisión.

La tarea que se intenta llevar a cabo en los poemas quizá sea una progresiva internación en un clima espeso; buscar en lo minúsculo, en lo imperceptible, lo grande: “Hace del instante su mayor tesoro” (El lado ciego). Ya en la Poética del espacio Bachelard nos mostraba que “en la miniatura los valores se condensan y se enriquecen”.

Nos enfrentamos a una descripción realista de los hechos, que descree de los adjetivos: “Sobre el fin de la calle / rumbo al cuartel / hay un asador” y la descripción discurre lentamente hacia el espacio de la familia, la micropolítica. La mirada es lírica: “No hay nada que temer / estamos abrazados por el campo” / el mundo acontece en ese punto / minúsculo del universo”. “Ese punto minúsculo del universo” se transforma en el recuerdo de la infancia que entra en consonancia con lo que una vez contaba Arnaldo Calveyra: “cosas que me pasaron durante la infancia me están sucediendo recién ahora.”

La anécdota que se cuenta no está en primer plano, ya que lo importante es el hablante lírico que en lugar de actuar se queda estático reflexionando sobre escenas antiguas o sobre la literatura, buscando consuelo, encontrando refugio en las palabras. La escritura, entonces, aparece en el momento de la elaboración de los hechos. No importa tanto la anécdota sino el recuerdo de esa anécdota, por más que sea incompleto. Es justamente en esa incompletud, en esa elección azarosa en la que se le da más importancia a un hecho frente a otro donde se intenta llegar a lo real. En los poemas de Battilana vemos que es en el recuerdo donde aparece lo real: “recreo el instante/ en que mi padre/ distribuye la carne”. El sujeto poético habita un presente donde nos muestra cómo es posible convivir con la incertidumbre cuando la única herramienta que se tiene a mano es la escritura. Hay en los poemas intentos desesperados por definir la incertidumbre, intentos que se saben fallidos de antemano, pero que a pesar de todo atraviesan la incompletud del lenguaje.

lunes, octubre 18, 2010

El I ching literario

Verano. Día.
Luz natural. Dos chicas de aproximadamente 28 años están con un libro en la mano. Si uno se acerca puede ver que es la biografía de Lamborghini hecha por Strafacce. Hacen preguntas, ríen. abren el libro y este les da respuestas. Exactamente 6 meses después las cosas pasan (para ambas)...

domingo, octubre 17, 2010

El jueves

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martes, octubre 12, 2010

Lo que el trabajo es

Lo que el trabajo es


Parados bajo la lluvia en una larga fila

esperando en el Parque industrial Ford. Por trabajo.

Sabes lo que el trabajo es--si eres

lo suficientemente grande para leer esto sabes

lo que el trabajo es, aunque tal vez no trabajes.

Olvídate. Se trata de la espera,

balancearse de un pie a otro.

Sintiendo la garúa cayendo como neblina

entre tu pelo, nublando tu visión

hasta que crees ver a tu propio hermano

quizá unos diez lugares delante tuyo.

Te frotas los anteojos con los dedos,

y por supuesto es el hermano de otro,

de hombros más angostos

pero con la misma triste postura cabizbaja, con el gesto irónico

que no esconde la testarudez,

el triste rechazo de abandonarse a la

lluvia, a las horas desperdiciadas durante la espera,

sabiendo que más adelante

espera un hombre que dirá, “No,

no estamos contratando hoy,” por las

razones que se le den la gana. Amas a tu hermano,

ahora de repente casi no puedes soportar

el amor desbordándote por tu hermano,

que no está a tu lado ni detrás ni

delante porque está en casa intentando

dormirse después de un miserable turno nocturno

en la Cadillac para poder levantarse

antes del mediodía a estudiar su alemán.

Trabaja ocho horas por noche para poder cantar

Wagner, la ópera que mas odias,

la peor música que jamás se haya inventado.

¿Cuánto hace que le dijiste

que lo amabas, sostuviste sus hombros anchos

abriste bien los ojos y dijiste aquellas palabras,

y tal vez besaste su mejilla? Nunca

hiciste algo tan simple, tan obvio,

no porque seas demasiado joven o tonto,

no porque sientas envidia o seas cruel

o incapaz de llorar en

presencia de otro hombre, no,

solo porque no sabes lo que el trabajo es.


Philip Levine

Traducción de Nurit Kasztelan y Julio Ramos

What Work is


We stand in the rain in a long line
waiting at Ford Highland Park. For work.
You know what work is--if you're
old enough to read this you know what
work is, although you may not do it.
Forget you. This is about waiting,
shifting from one foot to another.
Feeling the light rain falling like mist
into your hair, blurring your vision
until you think you see your own brother
ahead of you, maybe ten places.
You rub your glasses with your fingers,
and of course it's someone else's brother,
narrower across the shoulders than
yours but with the same sad slouch, the grin
that does not hide the stubbornness,
the sad refusal to give in to
rain, to the hours wasted waiting,
to the knowledge that somewhere ahead
a man is waiting who will say, "No,
we're not hiring today," for any
reason he wants. You love your brother,
now suddenly you can hardly stand
the love flooding you for your brother,
who's not beside you or behind or
ahead because he's home trying to
sleep off a miserable night shift
at Cadillac so he can get up
before noon to study his German.
Works eight hours a night so he can sing
Wagner, the opera you hate most,
the worst music ever invented.
How long has it been since you told him
you loved him, held his wide shoulders,
opened your eyes wide and said those words,
and maybe kissed his cheek? You've never
done something so simple, so obvious,
not because you're too young or too dumb,
not because you're jealous or even mean
or incapable of crying in
the presence of another man, no,
just because you don't know what work is.

Philip Levine

jueves, octubre 07, 2010

El viernes que viene

Viernes 15 de octubre a las 19.30 hs

Presentación del libro

Esto no puede seguir así

de Osvaldo Bossi

Hablarán sobre el libro

Alicia Genovese

Emilio Bernini

Y Lucas Soares


En la Casa de la Lectura Lavalleja 924


Camellos

Aquella noche, al dormirme

soñé que era un extraño camello

dejando sus huellas claras y pesadas

sobre un hermoso desierto que no se sabe

adónde empieza ni dónde termina,

el pecho en alto bajo el cielo estrellado

o el sol que orla, como un anillo de oro implacable,

la cabeza de esos niños que se alejan

(demasiado temprano o demasiado tarde)

bajo una nube de pensamientos:


yo y mi cantimplora interior,

los grandes ojos acostumbrados a lidiar

con toda suerte de espejismos, contento

(como ahora, por ejemplo) de ver otra vez

a ese muchacho tan querido por mí

avanzando a través de las dunas

con su pañuelo en el cuello y su gorra

de legionario: aliviado (¡como si no lo conociera!)

por el sólo hecho de volver a tenerme.


Yo y mi joroba casi perfecta,

y mis pestañas largas y aterciopeladas

apartando (grano por grano, con una paciencia

infinita) enormes o pequeños saharas

que parecen de arena y son, en realidad

pura sombra… Pero qué importa,

qué puede importar todo eso, ahora.


La luna —como siempre— estaba ahí,

y yo por supuesto también estaba

ahí, adelante, deteniéndome cada tanto

al lado de un fueguito fatuo, capaz

de atemperar la noche más larga y más fría

del universo, para luego pensar, simplemente,

como deben pensar todos los camellos

a cierta hora: Dios mío, todo esto es mejor

que atravesar el ojo de una aguja.

De: Esto no puede seguir así

viernes, octubre 01, 2010

El lunes