Que las cosas mantengan su entereza

Finalmente, después de tantas vueltas, hoy cerré el libro y lo mandé. En realidad, fue por el mail del editor que me estaba presionando para que se lo mandara, algo que tendría que haber hecho (como habíamos quedado en el cafe) a principios de noviembre.
Hace un tiempo que dejo que lo externo decida por mí. Si no llegaba ese mail, por ejemplo, yo quizá hubiera tardado mucho más en mandarlo.
También pienso en que no sé cual es el sentido de mantener este blog si ya casi no posteo. A veces querría conventirlo en un blog de fotos de mis viajes, las de los paisajes.
Por otro lado, sigo convencida de que no quiero tener Facebook ni tweeter. El otro día abrí el facebook de la libreria y estuve hojeando un poco y me deprimí. Definitivamente, o no entiendo ese mundo o no es para mí.
Para ponerle un poco de humor al asunto y sacarle el patetismo, la conjunción "ese mundo" me hace acordar a la frase que dijo una amiga en Méjico después de comer hongos: "¿Cómo, en este mundo se paga?".