viernes, marzo 13, 2009

Galileo Galilei

El Rojas y La Compañía Ad Hoc presentan Galileo, sobre la mesa de Horacio Tignanelli: Siete actos narrados en un Teatro de Pollock, por quien alguna vez vio “Galileo Galilei”

Funciones: MARZO: Sábado 7, 14, 21 y 28 19.30 hs

“Quien no conoce la verdad es un tonto, pero quien la conoce y la oculta, es un criminal” (Bertolt Brecht, "Leben des Galilei”, 1955)

Galileo sobre la mesa, obra que representa una visión humanista de la ciencia y la continua lucha contra los dogmatismos. La pieza fue especialmente escrita para las formas dramáticas del teatro de Pollock y propone un ambiente muy especial entre la reducida platea, el titiritero y el fenómeno teatral, por recrear los códigos del juego infantil.

Sobre la técnica del espectáculo
Benjamín Pollock era un comerciante de pieles de la Inglaterra del siglo XIX. En Londres, se enamoró de Miss Redington, cuyo padre tenía una tienda en Hoxton Street. El negocio del viejo Redington eran los teatros de juguete, que vendía a modo de souvenir teatral por uno o dos peniques. Al morir Redington, la tienda, llamada The Juvenile Drama, pasó a Benjamín, quien entonces abandona para siempre su comercio de pieles. Desde entonces (fines del siglo XIX) los teatros de juguete o toy theatre se han configurado como una de las artes titiriteras más exquisitas. Operas, dramas, comedias y obras de todo tipo se escribieron para ser representadas en este tipo singular de teatrino. Se destacan, entre ellas, las escritas sobre las obras del alemán Johann Wolfgang von Goethe (1739-1832) y el ensayo titulado “A Penny Plain and Twopense Coloured” sobre el propio toy theatre, de Robert Luis Stevenson (1850-1894) quien, además, escribió varias piezas para el género. Los personajes del toy theatre son un ejemplo de muñecos de dos dimensiones cuya sustancia se ve (a diferencia, por ejemplo, del teatro de sombras). Los teatros de juguete son de pequeñas dimensiones y, en general, se manipulan sobre una mesa o un tablado. Son accionados desde atrás, con diversas modalidades. Pequeñas marionetas de hilo, figuras planas con varillas desde atrás, o bien con sostenes que permiten su movimiento sobre el escenario a través de ranuras o guías talladas en el mismo. Las funciones con teatrinos, con obras especialmente escritas para el mismo, crea un ambiente muy especial entre la reducida platea, el titiritero y el fenómeno dramático. La comunicación es intensa, pues los códigos del titiritero son los mismos que los que un individuo emplea, cuando niño, en cualquiera de sus juegos.

Sobre La Compañía Ad Hoc
¿Por qué nos interesa la escenificación de un drama de la comunidad científica en cuanto a tal? ¿Es la ciencia un tema como cualquier otro y no merece, por tanto, un tratamiento especial? Si aceptamos que la ciencia ocupa cada uno de los ámbitos de nuestra cotidianeidad: ¿Puede ser motivo de inspiración teatral? Esas preguntas se pueden sintetizar en: ¿Se puede dar una simbiosis entre la ciencia y el teatro? Y, si la respuesta es afirmativa: ¿De qué clase? A través de indagar, tanto en las técnicas teatrales como en pasajes de la historia de la ciencia y del teatro, hemos desarrollado algunas experiencias de popularización y divulgación de las ciencias a través de estrategias propias de la educación por el arte, con especial énfasis en el teatro. En particular, profundizamos sobre una de las creaciones artísticas más singulares del siglo pasado: el teatro científico, en el que la representación conduce a revelar una realidad oculta; una propuesta en la que la antigua concepción culinaria de un teatro que anestesia la razón generando lágrimas catárticas, debe dejar paso a una estética nueva que mantenga al espectador en una actitud crítica, permitiéndole engendrar decisiones.