lunes, abril 07, 2008

Lunes otra vez

No soy de los enfermos que se pasan todo el día encerrados viendo películas cuando viene El festival de cine. Esa sensación de ser un buscador de tesoros, de encontrar "la joyita" perdida del cine no es para mi.
Porque, si bien hay películas excelentes, como Macunaíma, a veces uno termina viendo cada porquería, como el año pasado, que me clavé con un documental de Kieslowski que supuestamente era "un relato desgarrador de Polonia bajo el comunismo" pero terminé viendo a un portero masticar de forma grotesca un sándwich de pastrón durante 5 minutos.
Este año, dada la sobrecarga de actividades, 6 películas es un número razonable.
Sin embargo, uno siempre vuelve a los clásicos. No creo que ninguna película sea tan genial como Metrópolis de Fritz Lang. La modernidad de esa película es impensable. Todas las escenas parecen cuadros. Si ya Kuitca hizo suya la escena del cochecito del Eisenstein, nos falta un pintor que haga suya cualquier escena de Metrópolis. Quizá sobre la mujer que bailaba y parecía desarticulada, con la que Sol E. confesó que iba a tener pesadillas.
Ahora, la película, a pesar de ser muda y en blanco y negro, logra captar la atención todo el tiempo, formular planteos, hacernos pensar que ya no existen rostros como los de esos actores, etc... Sin embargo, no entendí el final. ¿Era necesario ese final feliz?
Es como si Fritz Lang le hubiera vendido su alma a Hollywood y después de eso todas las películas tienen que terminar en un final feliz.
En eso radica, entre otras cosas, por supuesto, la genialidad de los hermanos Cohen, que no necesitan hacer un final con moñito para una película tan violenta como Sin lugar para los débiles.

5 Comments:

Blogger ajsoifer said...

La imagen del portero polaco masticando un sandwich de pastrón es algo que hubiera gustado de ver.
A mí con el BAFICI, como con la Feria del Libro me sucede que ocupan los dos extremos de mi sensibilidad cultural: la ansiedad snob de verlo todo y el desprecio snob de decir: "Esto ya no es para mí", sabiendo que en realidad, lo que oculto atrás de ese pensamiento es: "No puedo soportar la idea de no poder ver todo lo que quisiera".

12:16 p. m.  
Blogger Nurit said...

Ale: puede que tengas razón y mi comentario sea más de autocompasión y envidia que otra cosa.

Me encantaría no tener que trabajar y estar dos semanas enteras sólo viendo películas...a mi tb al principio me agarra ansiedad y quiero ver todo (lo mismo me pasa con el festival internacional de teatro) y puteo por cursar una materia justo a esa hora, porque una persona cumpla años justo a esa hora o cualquier evento que impida ver la peli.
Tu frase resume todo quizá.

pd: Al margen, no todos tenemos tu suerte de estar acreditados.

12:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

el único defecto de "metrópolis", claramente, es su final, que no es exactamente feliz, sino peronista. todos esperábamos que los obreros se llevaran por delante a los burgueses o que, a la inversa, los burgueses los ahogaran a todos (en este segundo caso, prevalecería el formato de denuncia expresionista; en el primero, la justicia poética). a cambio, se nos ofrece una alianza de clases onda 17 de octubre: el proletariado es "el brazo", la burguesía es "el cerebro" y el Estado peronista "el corazón", el mediador, en fin.

pero todo tiene su explicación. los alemanes estaban en un mal momento (la década del 20, inmediatamente previa al nazismo) y los cineastas no podían aportar claridad. de hecho, el final es totalmente ideológico: los conflictos de clase son sólo malentendidos que se dejan atrás si concursa un mediador. estos son los problemas de la era de las comunicaciones.

10:14 p. m.  
Blogger Agostina Luz said...

me marean estas cosas
me marean mucho
besos!
gusto en verte el otro día

8:42 p. m.  
Blogger Nurit said...

Chispita: muchas gracias por tu aporte. No se si estoy tan de acuerdo en lo que decís pero siempre es buena la diversidad de opiniones.
En lo que sí coincido es en que no hay que descuidar el contexto político en el que fue hecha la película.

Agos: a mí también me marean.
Y si, estuvo lindo el otro día, no?

10:26 a. m.  

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