lunes, febrero 04, 2008

La ciudad azul


Me olvidaba de los balcones. Hay algo con los balcones. Algo que no se muy bien que es pero que está bueno. Más al sur, en Chiloé, observaba como ciertas ventanas de algunas casas tenían juguetes en la persiana o en la cortina, para afuera, a la vista, como si el tiempo pudiese quedar estático en esa acumulación de juguetes. Leyendo a Agamben, Infancia e Historia, veo que relaciona la figura del juguete con la del coleccionista de Benjamin. El juguete, al ser una versión miniatura de algo que es útil para otra cosa, (por ejemplo una cocina, un auto, etc) es desprovisto de utilidad; así como al coleccionar cosas las sacamos del flujo de la historia.
Quizá por eso, de forma inconsciente, yo siempre coleccioné monedas. Como si algo adentro mío me hubiera dicho que era necesario sacar de circulación esas piezas, esas acuñaciones metálicas que reemplazaron al trueque en la constitución del estado moderno.