lunes, octubre 22, 2007

Generación de descartables

Este año parece que es un año de revisión. Se cumplen 90 años de la revolución rusa, 40 años de la muerte del Che, y en la mayoría de los suplementos culturales se comenta sobre eso.

Es raro pensar en lo que uno tiene para decir.

Porque yo viví mi niñez con la caída del muro de Berlín, con el quiebre de la Unión Soviética. Ya desde el comienzo existía una utopía imposible en sí misma.

Y a Cuba tuve que ir a verla con mis propios ojos para darme cuenta de que no funcionaba. Porque el comunismo y el totalitarismo son las dos caras de la misma moneda.

Quizá por eso desde pendeja siempre tuve cierta fascinación por aprender sobre esos temas, y me sabía la Revolución rusa, así como las llegadas de Mussolini y de Hitler al poder, de memoria.
Es más, me acuerdo que a los quince le regalé a mi mamá el libro de Hannah Arendt Los orígenes del totalitarismo, porque era muy caro para comprármelo yo y de alguna forma u otra lo quería tener.

Ojo, no estoy a favor del neoliberalismo ni del capitalismo ni ahí, por el contrario. Pero hay muchas cosas que le critico al régimen de Castro.
Igual, ir a Cuba me tranquilizó. Porque me di cuenta de que no es necesario hacer la lucha armada. Me acuerdo que cuando era más chica en una sesión le dije a mi psicóloga (la noche anterior acababa de terminar la biografía del Che) que sentía que mi vida no tenía sentido, puesto que no estaba haciendo nada por la revolución. Hoy, no se si quiero una revolución.
Me gustaría, eso sí, creer en algo. Porque lo que rescato de los cubanos (no todos, igual, más que nada los que están lejos de la Habana, como los de Santiago de Cuba) es que tienen algo en que creer. Porque hablando con uno me contó que el día en que le dijeron “Tenés que ir a luchar” agarró el cepillo de dientes y se fue feliz a pelear.

Y ahora, nuestra generación, la que nació en plena democracia, no tiene utopías en que creer. Porque la política pasa por otro lado. Quizá la política pasaría por una jugada a lo Bartebly, un "preferiría no hacerlo permanente", un "votar en contra permanente", un descarte permanente. Generación de descartables, eso somos.

4 Comments:

Blogger Narciso Inane said...

Nury, al parecer hay una gran difrencia entre nuestra generación y las anteriores. Y esto sólo si hablamos a nivel latinoamericano, pues el mundo no parece sincrónico. Digo que nosotros escribimos como los poetas beat, y quizás no sea por leerlos, sino por la evolución de nuestros paises. El Che fue un héroe para su momento, pero su bandera no nos sirve, sí su actitud crítica. Los tiempos cambian, los héroes no pueden ser los mismos.

Un abrazo.
Go/

6:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Nu!!!!
Mi primera aparición en el blog... lo estuve leyendo y está interesante, es tu espacio para expresarte y una manera de saber de tu vida a la distancia.

Aprovecho para darme el tiempo para filosofar un poco, que metida en mi rutina diaria de trabajo y demás no me lo doy, y siento que es MUY necesario! Leer el tipo de análisis que hacés, los comentarios que recibís (por cierto, este Gaspar se pasó un poquito) me despiertan mi sensibilidad y deseos de expresión.

Y voy a continuar con el tema de lo "descartable". Creo que esta idea la hemos incorporado a todo, o casi todo, en nuestras vidas. Y, lo siento, pero como primera cuestión planteo lo material (es mi vocación, el impacto en el medio ambiente que producimos los humanos), es decir el tema del usar y tirar los materiales que consumismos, cada vez en mayor cantidad... El otro día me llegó un mail de un escrito de Eduardo Galeano en el cual recordaba la época en que no se tiraba nada; se guardaba hasta la tontería más grande "por las dudas", se aprovechaban los fósforos gastados para encender una hornalla, se usaban los pañuelos de tela,... y un sinfín de ejemplos más. Hoy, si nos ponemos a pensar, prácticamente todo es descartable, y no hace falta que ponga ejemplos. Ya nos parece algo normal, y lamentablemente no creo que se cambie el comportamiento global hasta que nos tapen los residuos o nos quedemos sin recursos. Y este tema lo dejo aquí, que podría escribir hojas y hojas sobre el tema...

¿Y qué otras cosas son descartables en nuestras vidas? Se me ocurre el tema de las parejas. Hoy en día es raro que una pareja dure toda la vida, lo normal es tener relaciones más o menos duraderas, pero no eternas. Y quizás esto se deba a que crecimos en la cultura del usar y tirar, de sentir que las cosas duran lo que duran. Ojo, esto no digo que sea malo, mucho peor es estar con alguien toda la vida sólo por no cambiar. Pero en este campo, pienso, cuesta encontrar una pareja sin fecha de caducidad.

Otra cosa desechable son los valores, que muchas veces se pierden, desaparecen porque no los podemos mantener en la sociedad en la cual nos acoplamos.

Y desechable se ha vuelto la vida, que se pierde en guerras dónde mueren inocentes, se pierde en la calle en manos de un ladrón que por un pequeño botín destruye muchas vidas, y algunas veces también se pierde por defender los valores...

Y desechable se ha vuelto el tiempo, el cual nos pasa sin que nos demos cuenta, el cual perdemos muchas veces inútilmente.

Yo me siento afortunada por haber conseguido entablar relaciones duraderas, esas que te permiten recordar viejos tiempos que de otra manera terminan olvidándose, esos recuerdos que te recuerdan quién sos, como has cambiado y como no has cambiado nada...

Nu, un besazo gigante, seguiré viniendo por acá a leer tus interesantes comentarios

¡Te quiero mucho!

7:15 p. m.  
Blogger Nurit said...

Narciso, es verdad lo que decís.......igual creo que ni siquiera hay héroes.
Vos tenés alguno?

Vale: que bueno recibir noticias tuyas!!! Espero Barcelona te trate bien. Muchas gracias por tus aportes.
Yo también te quiero mucho, a la distancia. Por suerte las amistades todavía no son descartables.

9:27 a. m.  
Blogger Narciso Inane said...

Primero: me mató el subconsciente, te puse Nury como una ex reina de la vendimia que no sé por qué razón se hizo "famosa". Capaz que por sus manos que demostraban nunca haber arrancado un racimo de uvas, o quizás ni siquiera le gustaba el vino.
Segundo: me parece que ya no existen, ni siquiera en la teoría. Si tuviera que elegir uno me quedo con Sportacus (aquí debe leerse alguna onomatopeya).
Un abrazo.
Go / enemistar.blogspot.com

5:09 p. m.  

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