martes, octubre 24, 2006

Suena bandoneón

Ir el sábado a un casamiento porque me participaron a la iglesia: sentir ahogo, asfixia. Hacer un esfuerzo sobrehumano para abstraerme del discurso, poner la mente en blanco para no escuchar.

Es que odio las iglesias. No se porqué. En realidad me parece que odio todo lo que implica una religión.

Sentía como escamas en la piel.

No porque le tenga fobia al casamiento. Por supuesto que me quiero casar, aunque no por ahora.... Ojo, tampoco soy una Susanita cualquiera que apenas empieza a salir con alguien ya se proyecta con el vestido de bodas. Creo que, al contrario, a veces las mejores relaciones son las que uno no proyecta.
De los personajes de Quino quizá me identificaría más con Mafalda, con la salvedad de que me gusta la sopa. Me acuerdo una vez que fui a una entrevista de trabajo para una empresa (a la que por supuesto y gracias a Dios no entré) y la mina que me entrevistaba, (entre otras cosas que no me acuerdo que me dijo pero que ella y yo sabíamos era una manera de decirme que no daba para el perfil[1] me dijo que me parecía a Mafalda.

Ir después a una tanguería fue justo lo que necesitaba.

Bah, en realidad no era una tanguería ni una milonga sino la casa de un amigo de R. que tiene un estudio de grabación y los sábados a la noche siempre toca alguien. Esta vez, por suerte, toco tango.

Saborear un vino al ritmo del bandoneón. Acordarme de pronto de mi papa.

Cuando era chica mi papa siempre ponía uno de Piazzola o el mítico Vuelvo al Sur y yo los odiaba, pero me los terminaba sabiendo de memoria de tanto que los escuchaba.
No se porqué pero ahora me gustan mas los tangos sin letra. Quizá porqué la música por sí sola da nostalgia y me gusta llenarla con mis pensamientos.

Acordarme de que cuando lo conocí a S. me pregunto si me podía dedicar un tango y yo le dije que si.

Es que, vamos a ser sinceros, ¿A qué chica no le gusta que le dediquen un tango?

[1] Que palabra rara y fea perfil, no sólo porque me hace acordar al diario sino porque es de esas pocas palabras que conllevan ideologías o ideologemas. Ya se que estoy contradiciendo a Barthes cuando digo esto, que todo su método de los géneros discursivos se basa en hacernos entender que ninguna palabra tiene una valoración por sobre la otra. Pero como estos textos son solo intentos de vaciamiento de conciencia lo hago adrede.
Cuando digo ideologemas me estoy refiriendo a aquellas palabras que por el uso que se les da seria imposible pensar su existencia sin un sistema detrás. Y es que cuando hablamos de perfil ya no se trata de un rostro de costado sino que se piensa en un uso especifico, sea el perfil de un criminal, de un postulante para una empresa, de una modelo publicitaria, etc.........Y mejor paro porque ya parece que estoy sobreinfluenciada por Foucault.



1 Comments:

Blogger Kely Lenna said...

... yo preferiría que me dedicaran algo menos "percanta que me amuraste" y más colombina. cuestión de gustos

2:44 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home