Lo que dejó el sábado
son dos poemas de Horacio Fiebelkorn
Insomnio de la madera
 Insomnio de la madera
Todo se durmió, menos la madera
 que cubre el interior de estas paredes.
 Entre las tablas y el cemento hay ruidos,
 tal vez un roedor, insectos, o quizá
 es la genuina queja de la madera, 
 que no me soporta.
 De todos modos algo trata de decirme, 
 acaso esté despidiéndose de mí 
 en su particular dialecto: “Ya no
 te veré, dentro de poco te irás”. Pero calla
 con sigilo el destino de la partida, 
 cuando advierte que ya estoy dormido
 y soy parte de la noche.
Un murciélago que da consejos mas que un murciélago es Batman
 Recuerda Robin
 hacer fondo de ojo a quien sonríe
 para ver si es verdad.
 Es la letra chica del contrato.
 No olvides muchacho
 tiempo es lo que sobra
 y tambien lo contrario.
 Ten en cuenta
que dormir cabeza abajo
 es solo el sueño del mundo al revés.
 Recuerda no jugar a los cowboys cuando tiembles ante ella.
Por no bajarme del caballo
 dejé que Batichica se vaya con el comisionado Fierro
 Nunca olvides Robin:
por más que brille el sol
 y digan que la tenemos clara
 seguimos a tientas
 en el cielo oscurísimo
  

