jueves, abril 22, 2010
viernes, abril 09, 2010
Lo que se tiene
Intentar encontrar un hilo conductor en la obra reunida de Diana Bellessi puede volverse una tarea abismal. Quizá sólo sea necesario destacar ciertos rasgos que se despliegan en la misma, ya que, tal como indica Monteleone en el estudio preliminar “cada libro indaga aspectos que el anterior no había agotado”. Sin embargo, a1 aproximarnos a su poética, observamos como la errancia puede ser pensada como uno de los tópicos más importantes. Es necesario aclarar que no se trata del exilio, ni de una ida que tiene un retorno, sino que se trata de habitar la otredad. Leemos esta declaración del yo poético en el libro Sur “Ay de mí, si no hay el sí, sin el otro”. Paradójicamente, es en lo desconocido, en lo otro, donde el yo lírico va a encontrar su casa y su modo de expresarse. Así es como la poesía de Diana Bellessi comienza en esa experiencia del deslinde.
En Buena travesía, buena ventura pequeña Uli, (que fue el primero en escribirse aunque no fue el primero en su publicación) vemos la decisión de partir para habitar en el desplazamiento. Leemos: “…estaba pasando por el sitio desde el cual es posible mirar muerte y nacimiento.” La extranjería del yo lírico no es vivida como un desarraigo sino como una elección que permite ubicarse en el punto donde mora lo otro: “Una va dibujándolo garabato clandestino sobre su nuca tan unida ya al destino de las mujeres y los hombres de
La reseña sobre Tener lo que se tiene, la obra reunida de Diana Bellessi, sigue acá, en El interpretador libros
martes, abril 06, 2010
Premio Indio Rico 2009
Género poesía: epinicios.
Jurado: Rodolfo Enrique Fogwill, Silvio Mattoni.
Resultó ganadora la obra Equilibrio en las tablas de Pablo Jonás Gómez.
Menciones especiales: Gabriel Cortiñas por Munich `72, Germán Rosati por Buscar el golpe, Carlos Surghi por Melancolía del deporte y Facundo Fontela por Mismeos 2009.
Algunos poemas de Munich 72, de Gabriel Cortiñas
adentro de la boca
y una mancha roja bordó le creció en la camisa.
Es tarde para correr con la nariz ardiendo, es tarde
para plantarse en el cordón de la vereda
y armar una estrategia defensiva:
el sueño caliente de la piña bien dada.
Había pensado salir a flote y rescatar
los últimos contactos, la vuelta, algo que vive
en las hojas del manual.
alta en el cielo un caballo, destrozado, un loro
al que le comimos primero las uñas
después los dedos, los pellejos
el verbo se hizo hambre y pedimos
el cuerpo del más apto
habrá que hacer un adobe ahora con las cenizas de ese cuerpo.
La casa respira, comulga
todas las noches corta la ruta hasta que ceda el pedido
por si acaso lo escuchan,
el tren dejó de pasar.
todo nace en una selva: la placenta, el tío
nació con un diente roto,
el tren fue el primero que pisó la selva.
Se te mete por las mangas, por las botas
la lluvia en la selva se mete
por los ojos no hay tiempo de comer,
de secarse de pensar: qué comemos en un rato
si el río es uno solo y nos parte
hay que tirarse cruzar, perder los zapatos.
Las mulas se bañan ahí
en agua bendita, un santo se dejó caer desnudo
al fondo de la selva
se peleaba siempre, de rutina y combate
de rutina dejó el campamento
en puntas de pie, siguió el río, nació
mojado, fue a nacer.
Arriba del ring, Ringo pega mejor
que en su barrio de la Quema.
Pega más preciso, lastima más cuando pega
y los ojos de sus oponentes
van cambiando de colores con cada trompada
y se les van abriendo los párpados y los labios y les sangran las mejillas
como después de un beso aplicado con saña.
Pero por sobre todas las cosas sus golpes son
el bombeo de una marejada de testosterona
que se estrella sobre los cuerpos de los boxeadores.
con precisión en el punto
escondido entre la nariz y el labio
para que se le llenen
de lágrimas y sangre los ojos.
Ese golpe es bello
cuando usted pega ahí
parece que el oponente llorara rojo
que la boca le explotara
en mil gotas de agua roja.
Si usted Bonavena pega en ese lugar
en el instante justo
tiene media pelea ganada.
Le duelen los nudillos a Ringo
todos los días le duelen
después de los entrenamientos
durante las peleas después de las peleas
le duelen
cuando acaricia la piel de las mujeres de Parque Patricios
los nudillos son el punto de contacto
mediado por los guantes
entre el cuerpo de Ringo y la piel de los boxeadores
y se van desgastando en ese roce
se le van pelando y le duelen, le arden
como una quemadura de aceite hirviendo
como desprenderse la piel de los nudillos con un pelapapas.